En los tiempos de la antigua
Grecia el espacio público se erigió en el alma de la polis. Era el lugar de
encuentro de la sociedad en su conjunto y, atento los diferentes intereses
fue adoptando distintas formas. El Ágora, constituía el espacio de reunión
en el que los griegos ejercían la democracia, la primer plaza pública; la Stoa, lugar de encuentro para el
ejercicio del diálogo, la reflexión y la filosofía; los Teatros, al aire libre,
escenarios para la puesta en escena de tragedias y comedias o el Odeón,
destinado a audiciones musicales. Todos estos espacios y equipamientos formaban
parte integral del espacio público y respondían a las necesidades sociales y
culturales de los ciudadanos. Asimismo, todas las ciudades, independientemente
de su tamaño tenían un gimnasio o palestra (escuela de lucha), que constituían un
punto de educación así como de reunión y encuentro social.
En la cultura helénica el deporte
representaba un aspecto fundamental en la formación de todo ciudadano. Desde
las dos grande obras literarias que llegan hasta nuestros días a través de Homero surgen dos conceptos claramente
diferenciados. En la Ilíada se
desarrolla el concepto de hombre físico complementado por la Arete (la virtud), que era hereditaria y se modificaba por mérito
individual, incrementándose por victorias bélicas o deportivas o, disminuyendo
ante una derrota. Esta concepción se encuentra más vinculada a la cultura
espartana, cuya educación se caracterizaba por su dureza y sentido militar,
apreciaba el pensamiento exacto más que el juego deportivo y su objetivo era
formar héroes - soldados dispuestos a consagrarse a la patria.
En la Odisea se desarrolla el
concepto del físico adicionado a la astucia y la sabiduría. Se plantean desafíos que requieren no solo
fortaleza física para resolverlos. Este es un modelo mas vinculado a los
principios de la cultura ateniense. Las competiciones deportivas adoptan la
forma de juegos que son parte de las celebraciones festivas, en contraposición
a la cultura espartana en donde se encontraba vinculada a los ritos funerarios.
Grecia no constituyó en ningún
momento una unidad política económica. Cada Ciudad-estado mantenía su
independencia. Sin embargo, las ligas panhelénicas, que agrupaban a las distintas ciudades en torno a las
competiciones, sirvieron para crear una concientización de la nacionalidad
griega, en la cual, el deporte se constituye en integrador de la noción de Nación, concurriendo a generar espacios de
intercambio a través de las diferentes competiciones deportivas realizadas para
honrar a los dioses.
Con la evolución de la humanidad
el concepto de espacio público ha ido modificándose. En la modernidad el espacio público es
reivindicado nuevamente como central para el ejercicio de la ciudadanía. En el
perfeccionamiento de este concepto se engloba el espacio político, el público y
el colectivo. Las actividades sociales y recreativas y, en particular las
deportivas, mejoran las relaciones entre vecinos, generando, en el uso
compartido del espacio público, reglas de convivencia democrática, tolerancia e
intercambio.
En la actualidad resulta
necesario que el Estado coloque como punto de partida de la construcción
colectiva al espacio público, fomentando canales de participación social y
favoreciendo la reconstrucción del tejido social. El fortalecimiento del
espacio público como espacio colectivo realizado desde el deporte, genera,
adicionalmente a los beneficios estrictamente individuales vinculados a una
práctica saludable, capital social, afianza las relaciones de vecindad y
actitudes colaborativas y solidarias.
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