En estos últimos tiempos el Poder Judicial ha estado en la agenda pública. Mucho se ha discutido respecto de su organización y conformación, la probidad de los funcionarios públicos que lo conforman y su legitimidad. Este debate, que tuvo como eje a la justicia Nacional no resulta trasladable a nuestra Ciudad, fundamentalmente por la diferencia sustancial con su par nacional en la conformación y funciones del Consejo de la Magistratura.
| |||||
En este sentido, una buena gestión debe rendir cuenta de la administración de los fondos públicos que tiene a su cargo. La correcta aplicación de recursos, sean estos humanos o económicos son un principio básico de una administración eficiente. Frecuentemente las estructuras públicas suelen perder de vista esta premisa y se observa una gran cantidad de recursos destinados a funciones de apoyo y que no son afectados directamente al servicio público que debe prestar.
Desde esta gestión en el Consejo de la Magistratura, se ha implementado un proceso de trasferencia de capacitados recursos humanos que prestaban servicios en áreas administrativas del Consejo hacia áreas vinculadas con la función jurisdiccional, con el objeto de optimizar la prestación del servicio público de justicia de cara a los vecinos.
En consonancia, se ha comenzado a analizar la estructura orgánica interna con el objetivo de hacer eficiente cada una de las áreas evitando superposiciones y delimitando misiones y funciones. Este proceso fue acompañado con un compromiso de funcionarios y empleados que son capacitados permanentemente, brindando particular atención y herramientas a aquellos que fueron transferidos hacia el área jurisdiccional.
Asimismo, en un sistema republicano la división de poderes genera, por momentos, tensión y conflictos que solo pueden resolverse con una profunda convicción democrática y vocación de diálogo. Ante estas situaciones se ha optado por la fluidez en la comunicación sin afectar la independencia judicial.
Como reafirmación de la autonomía y teniendo en miras brindar cada día un mejor servicio de justicia con idoneidad e independencia, se completaron los concursos para la designación de los jueces, fiscales, defensores y asesores tanto en primera como en segunda instancia, completando aquellos que se encontraban en curso desde el año 2006, y llevando adelante los restantes con el fin de integrar la totalidad de los cargos previstos en la ley. Este proceso fue realizado con la profunda convicción de implementar todas aquellas medidas al alcance en materia de transparencia.
En cuanto al manejo de los fondos públicos, se trabajó sobre dos ejes fundamentales; planificación del gasto y eficiencia en los procesos. Con estas dos premisas se mejoró la asignación de recursos y se hizo más eficiente el gasto. De esta forma se cumplimenta la ejecución presupuestaria en tiempo y forma, dotando de herramientas eficaces que permiten aplicar recursos sin aumentar el gasto público y brindar un mejor servicio de justicia.
En esta misma línea, esta eficiente aplicación de recursos permite el mejoramiento de la infraestructura y equipamiento de los edificios pertenecientes a la justicia de la ciudad, generando los espacios necesarios para el mejor desenvolvimiento de los actores involucrados. Gradualmente se ha mejorado la infraestructura de los edificios existentes y se procura que las sedes del Poder Judicial sean propias de forma de que las inversiones que se realicen no solo sirvan para su uso sino que se incorporen al patrimonio público. Con esta convicción, al momento de escribir estas líneas, se encuentra próxima la inauguración de un edificio propio en la cercanía de la Plaza de Mayo.
Asimismo, la inversión realizada en tecnología e innovación permitió la puesta en marcha de la notificación electrónica para las comunicaciones en el Poder Judicial y dar inicio a la digitalización y el proceso de despapelización en los trámites administrativos. La consolidación de un canal en Youtube / Consejo de la magistratura de la CABA, que comenzó con la publicación de todas las entrevistas y exámenes orales de todos los concursos para cubrir cargos de magistrados e integrantes del Ministerio Público y Fiscal. Esta decisión es una muestra cabal de la adopción de políticas de transparencia en la gestión.
En la misma línea hemos establecido una Unidad de Implementación de Justicia por Jurados. Hemos creado el observatorio de Género como un espacio de investigación, diagnóstico e incidencia que propicie iniciativas orientadas a promover la igualdad de género y el pleno respeto por la diversidad sexual. También estamos avanzando en la creación de un programa de responsabilidad social que será pionero en la justicia latinoamericana; su diagnóstico y sus propuestas nos darán pautas de gestión y un sistema de evaluación que nos permita llevar a cabo una administración socialmente responsable en sus facetas ambientales, laborales, contables y comunicacionales. Nuestro norte es la planificación estratégica en el sector público y en la gestión del servicio de justicia.
Los variados acuerdos con universidades nacionales y extranjeras nos permite tener una oferta variada y extensa en capacitación para todos los estamentos del poder judicial. Todas estas iniciativas trascienden el mejoramiento de la gestión judicial integral y la ampliación del acceso a la justicia hacia sectores cuya participación se encuentra limitada, permitiendo una ciudadanía más plena.
Para finalizar se merece destacar, en consonancia con esta línea de trabajo, el proceso iniciado para la conformación de los Tribunales de justicia vecinal, iniciativa que se encuentra en profundo proceso de debate con todos los actores para llegar al proyecto que cumpla con el objetivo de brindar una justicia más accesible y eficiente.
Todos estos logros hubiesen sido imposibles sin la comprensión y acompañamiento de todos y cada uno de los integrantes del Poder Judicial. Entendiendo que el servicio de justicia y el acceso a la misma son desafíos cotidianos a los que debemos someternos y sortear con el mayor éxito por el bien de todos los ciudadanos.
|
viernes, 11 de octubre de 2013
La gestión pública judicial
martes, 5 de febrero de 2013
Dos modelos diferentes de justicia
Dos modelos, uno propicia el control de los jueces, el otro garantiza la independencia judicial
Una de las primeras iniciativas del Gobierno de Carlos Menem respecto de la justicia fue la ampliación de la Corte Suprema. En abril de 1990, diputados convierte en ley la ampliación del Tribunal Supremo llevando de 5 a 9 miembros su composición y generando, mediante estos 4 miembros nuevos y la cobertura de vacantes generada por las renuncias, lo que se dio en llamar la mayoría automática. El fundamento formal de esta modificación fue la necesidad de agilizar el tratamiento de la numerosa cantidad de causas que llegaban a esa instancia. No obstante, la designación de abogados afines y, en algunos casos, sin los antecedentes necesarios para la alta magistratura, generó una desconfianza que terminó confirmándose mediante decisiones que favorecieron al poder político, refrendando las políticas neoliberales impulsadas por esa Administración.
Posteriormente, mediante la reforma constitucional del 94, con la creación del Consejo de la Magistratura a nivel nacional, se pretendió incorporar constitucionalmente un organismo que se coadyuvara a la profesionalización de la gestión judicial, agilizando y relativizando la influencia política en la designación y remoción de magistrados. Este nuevo organismo compartiría, en adelante, la responsabilidad de llevar adelante la política judicial en conjunto con la Corte Suprema.
En el año 2003, con un proceso de juicio político para con la mayoría de los miembros de la ampliada corte de los 90, mediante renuncias y destituciones, se producen seis vacantes en los miembros de la corte. Paralelamente, se modifica el procedimiento de designación de los futuros ministros de la CSJN con el dictado del decreto N° 222/2003, que marca el comienzo de un proceso de selección más transparente y participativo en la elección de los miembros del máximo tribunal. A partir de allí, el máximo tribunal cuenta con 7 miembros, 4 de los cuales fueron designados por este nuevo mecanismo.
Lamentablemente, el proceso de transparencia en las designaciones de los miembros del máximo tribunal no se ha visto trasladado al resto de las iniciativas que últimamente se han llevado adelante por el ejecutivo nacional. Principalmente, mediante el control consolidado luego de la última reforma realizada al Consejo de la Magistratura, el gobierno nacional pretende mejorar el control en la selección de los jueces y las eventuales destituciones que pudieran servirle.
En esta línea, en el último tiempo y a raíz de fallos que no fueron satisfactorios respecto de sus pretensiones, desde el oficialismo se ha iniciado una campaña de cuestionamientos hacia el Poder Judicial con el pretexto de iniciar un debate sobre la necesidad de democratizar la justicia. Mediante mecanismos de presión mediática y declaraciones públicas de altos funcionarios y referentes sociales se pretende influenciar el accionar de los magistrados y funcionarios judiciales para generar la legitimación judicial de las políticas adoptadas desde el seno del poder.
En contraposición a esto, se encuentra el modelo de la ciudad, con un Consejo de la Magistratura equilibrado, con representación igualitaria de los abogados, los jueces y el poder político, a través de los representantes del Parlamento local. En los próximos meses se concluirá el proceso de designación de jueces, fiscales y defensores de ambos fueros, los cuales fueron seleccionados mediante un concurso de oposición y antecedentes transparente, de cara a la sociedad, que concluyó con un orden de mérito elevado a la Legislatura. Una diferencia sustancial respecto del modelo nacional, es el rol reservado al ejecutivo, quien en la ciudad no posee intervención ni en la selección ni en la designación de magistrados, con la reserva, constitucionalmente prevista, de proponer los miembros del Tribunal Superior de Justicia y las responsables del ministerio público, quienes, luego de pasar por una audiencia pública, son finalmente designados por el Poder Legislativo.
Sobre estas bases es que creemos que se debe encarar este debate, el cual resulta necesario para mejorar la calidad del servicio público de justicia. Lamentablemente, el contexto y las formas en las que se pretende incorporar en la agenda esta temática parecería encontrarse más vinculada con cuestiones políticas coyunturales y una necesidad de legitimación judicial de algunas iniciativas controversiales que con la verdadera responsabilidad política con la que se debe encarar una propuesta sobre uno de los temas que resulta relevante para la construcción de una sociedad más justa.
sábado, 19 de enero de 2013
Prioridad integración
La gestión pública debe
tener como norte la efectivización y profundización de los derechos consagrados
en la
Constitución Nacional. En el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires,
nuestra ley fundamental profundiza y detalla aún más los derechos que se deben
garantizar desde el Estado.
Al decálogo de derechos
consagrados en el articulado de la carta magna nacional y los incorporados por
los pactos internacionales enumerados en el en el art. 75 inc. 22, la ciudad
garantiza expresamente, el acceso a la justicia y el beneficio de litigar sin
gastos (art. 12 inc. 6). Adicionalmente, en el título segundo, Políticas
especiales, entre otras, se destacan:
las políticas sociales activas en contra de la pobreza (art. 17); el
desarrollo humano y económico equilibrado (art. 18); el derecho a la salud
integral (art. 20); a la educación (art. 23); al hábitat (art. 31). En este
sentido, los derechos allí consagrados propenden integralmente al desarrollo
pleno de los habitantes de la ciudad.
Uno de los desafíos más
complejos afrontados en la etapa autonómica ha sido la cuestión habitacional.
Frente a esto, y en particular respecto de los asentamientos precarios ubicados
en la ciudad, se han implementado programas tendientes a la integración de
estos barrios al ejido de la ciudad. Ello implica trascender la mera
construcción de viviendas e infraestructura e ir a un planteo integrador tanto
desde lo social como desde lo físico o arquitectónico, incorporando la
regularización dominial, la promoción de actividades comunitarias, el acceso a
los servicios básicos, los mecanismos de participación de los beneficiarios, la
promoción de actividades económicas, etc., es decir todas aquellas acciones que
promuevan la integración social y física.
Asimismo, una de las obligaciones en cabeza
del estado local es propender a la eliminación de las diferencias tanto
territoriales, económicas o de acceso a los servicios. Una política activa de
verdadera integración de los sectores más vulnerables requiere compromiso del
Estado en su conjunto y en este punto la acción de la justicia ha sido muchas
veces correctiva de situaciones especiales que requerían una atención más
inmediata para evitar la vulneración de derechos. La complejidad del entramado
social hace que se requieran soluciones específicas y dinámicas para dar una
pronta respuesta a las necesidades que
se presenten.
Comprometidos con estos
principios en los últimos días hemos presentado un proyecto para conformar la
“Secretaría de Población en Asentamientos Precarios” una oficina especializada
que prestará asistencia técnica, asesoramiento y colaboración a los Juzgados de
Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario que dependerá
de la Cámara
de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario. Será su función
intervenir en todas aquellas causas que involucren a grupos vulnerables que
vivan en asentamientos barriales precarios.
Este proyecto tiene tres
opciones para la asignación de causas futuras. Estas son: el sorteo entre todos
los juzgados del fuero, la asignación de competencia territorial especifica en
cada uno de los asentamientos a un juzgado o el sorteo de las causas entre los
nuevos juzgados. Inicialmente, la propuesta fue presentada a un representante
del movimiento de curas villeros, cuyo trabajo cotidiano en estos barrios es
socialmente reconocido, con el objeto de iniciar una ronda de dialogo con los
representantes de estos asentamientos a los fines de comenzar el proceso para
arribar a un consenso para la implementación de esta nueva instancia.
La inclusión formal de
esta temática en la estructura judicial tiene por objetivo dotar de una
instancia especializada e interdisciplinaria a fin de brindar a la ciudadania una
mejor calidad del servicio público de justicia, con políticas activas que
propendan a la efectiva garantía consagrada en la Constitución local en
cuanto acceso a la justicia y en definitiva a la integracion de nuestra
sociedad.
lunes, 12 de noviembre de 2012
El espacio público y los deportes
En los tiempos de la antigua
Grecia el espacio público se erigió en el alma de la polis. Era el lugar de
encuentro de la sociedad en su conjunto y, atento los diferentes intereses
fue adoptando distintas formas. El Ágora, constituía el espacio de reunión
en el que los griegos ejercían la democracia, la primer plaza pública; la Stoa, lugar de encuentro para el
ejercicio del diálogo, la reflexión y la filosofía; los Teatros, al aire libre,
escenarios para la puesta en escena de tragedias y comedias o el Odeón,
destinado a audiciones musicales. Todos estos espacios y equipamientos formaban
parte integral del espacio público y respondían a las necesidades sociales y
culturales de los ciudadanos. Asimismo, todas las ciudades, independientemente
de su tamaño tenían un gimnasio o palestra (escuela de lucha), que constituían un
punto de educación así como de reunión y encuentro social.
En la cultura helénica el deporte
representaba un aspecto fundamental en la formación de todo ciudadano. Desde
las dos grande obras literarias que llegan hasta nuestros días a través de Homero surgen dos conceptos claramente
diferenciados. En la Ilíada se
desarrolla el concepto de hombre físico complementado por la Arete (la virtud), que era hereditaria y se modificaba por mérito
individual, incrementándose por victorias bélicas o deportivas o, disminuyendo
ante una derrota. Esta concepción se encuentra más vinculada a la cultura
espartana, cuya educación se caracterizaba por su dureza y sentido militar,
apreciaba el pensamiento exacto más que el juego deportivo y su objetivo era
formar héroes - soldados dispuestos a consagrarse a la patria.
En la Odisea se desarrolla el
concepto del físico adicionado a la astucia y la sabiduría. Se plantean desafíos que requieren no solo
fortaleza física para resolverlos. Este es un modelo mas vinculado a los
principios de la cultura ateniense. Las competiciones deportivas adoptan la
forma de juegos que son parte de las celebraciones festivas, en contraposición
a la cultura espartana en donde se encontraba vinculada a los ritos funerarios.
Grecia no constituyó en ningún
momento una unidad política económica. Cada Ciudad-estado mantenía su
independencia. Sin embargo, las ligas panhelénicas, que agrupaban a las distintas ciudades en torno a las
competiciones, sirvieron para crear una concientización de la nacionalidad
griega, en la cual, el deporte se constituye en integrador de la noción de Nación, concurriendo a generar espacios de
intercambio a través de las diferentes competiciones deportivas realizadas para
honrar a los dioses.
Con la evolución de la humanidad
el concepto de espacio público ha ido modificándose. En la modernidad el espacio público es
reivindicado nuevamente como central para el ejercicio de la ciudadanía. En el
perfeccionamiento de este concepto se engloba el espacio político, el público y
el colectivo. Las actividades sociales y recreativas y, en particular las
deportivas, mejoran las relaciones entre vecinos, generando, en el uso
compartido del espacio público, reglas de convivencia democrática, tolerancia e
intercambio.
En la actualidad resulta
necesario que el Estado coloque como punto de partida de la construcción
colectiva al espacio público, fomentando canales de participación social y
favoreciendo la reconstrucción del tejido social. El fortalecimiento del
espacio público como espacio colectivo realizado desde el deporte, genera,
adicionalmente a los beneficios estrictamente individuales vinculados a una
práctica saludable, capital social, afianza las relaciones de vecindad y
actitudes colaborativas y solidarias.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Estado y fútbol. De la cultura del aguante a la cultura de la legalidad
Resultaría ocioso recordar el
lugar que tiene el fútbol en la Argentina. Lamentablemente muchas veces el
espectáculo deportivo se ve opacado por noticias y coberturas mas vinculadas
con ejes extra futbolísticos, tales como violencia o evasión de impuestos.
Desde la perspectiva periodística
la noticia se restringe al accionar de “barras bravas” y la indiferencia de la
dirigencia de los clubes de fútbol. Aunque hay un vacio aun mayor que es el
vinculado con las nulas respuestas que se brindan desde el estado o lo que es
peor, la velada connivencia social que existe con el tema.
Los recursos aportados por los
clubes para la seguridad resultan ineficaces, complejos despliegues de
seguridad con gran cantidad de efectivos, han demostrado que poco tienen que
ver con la eficacia y la prevención. Muchas veces se han observado que
deficientes operativos policiales provocan mas que previenen hechos de
violencia en las canchas.
El Estado ha ensayado
alternativas intentando encontrar respuestas para frenar la violencia en los
espectáculos futbolísticos. El enfoque siempre es el mismo, se circunscribe el
problema al hecho puntual evitando analizar desde la acción gubernamental la
problemática desde un punto de vista mas global.
En este sentido, se refuerzan
operativos, colocando mayor cantidad de agentes de fuerzas de seguridad, se
habla del derecho de admisión, se invierten millonarias sumas de dinero en la
colocación de cámaras, enunciando medidas para evitar que personas ingresen a
los estadios, sin atacar realmente las causas, simplificando el análisis,
asumiendo que con la mera exclusión de algunos el problema desaparecerá.
En el mismo sentido, durante años
se ha mirado al costado respecto de las obligaciones tributarias derivadas de
los contratos y transferencias realizadas, algunas de ellas millonarias.
Finalmente, la Administración Federal de Ingresos Públicos ha emitido
resoluciones que reglamentan las formas de información y tributación de las
mismas, limitando la participación de representantes y clubes fantasmas en la
intermediación de las operaciones.
Pero un aspecto del que poco se
ha hablado es la llamada “cultura del aguante” que en los últimos años se ha
instalado en el ambiente futbolístico, superando y en algunos casos
reemplazando la clásica pasión que caracterizaba la forma de vivir el fútbol en
argentina. Pero esta “cultura del aguante”
que se visualiza como emergente futbolístico no deja de ser un reflejo
de la sociedad. La falta de apego a las normas y la poca cultura de la
legalidad que impera en todos los sectores sociales.
La política pública debe ser
abarcativa de todos los aspectos, se debe volver a una cultura de la legalidad
en la que las normas se cumplan, y el estado tenga un rol activo para prevenir
los delitos y cuando ello no sea posible, castigar a los culpables con las
herramientas legales previstas. Desde el Estado se debe tomar la decisión de
implementar políticas integrales, fomentando desde el inicio del proceso la
cultura de la legalidad, enviando señales claras a la sociedad que estas
iniciativas no son medidas aisladas sino políticas de estado.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Gobierno electrónico
Los avances tecnológicos vinculados con la irrupción de
Internet y el desarrollo de herramientas que permiten la interacción y la difusión de plataformas
participativas se han incorporado en la agenda política y gubernamental. Con la
primera campaña a presidente de Barack Obama, el uso de los diferentes
instrumentos informáticos ganaron escena y se vislumbraron como una opción para
la participación ciudadana. La irrupción de la política 2.0 y luego, los
programas implementados desde la Administración, se convirtieron en iniciativas
tendientes a mejorar la comunicación entre el Estado y los ciudadanos.
En este contexto, la democracia comienza a interrelacionarse
con estas nuevas herramientas generando espacio de debate que fomenta la
actividad cívica de los habitantes fortaleciendo los lazos de representatividad
y consenso.
De esta forma, los valores republicanos como participación y
rendición de cuentas se funden con los principios inspiradores de la llamada
Web 2.0 que son la transparencia, la apertura
y la colaboración. Poco a poco los principios que rigen esta nueva cultura 2.0 se
incorporan a la cotidianeidad de la vida moderna y se convierten en pilares de
la sociedad de la información.
Uno de los aportes fundamentales para el cambio
cultural que nos permiten estas tecnologías se encuentra en la metodología de
funcionamiento que permite, esto es el trabajo en redes. El uso de ellas
fomenta el intercambio de ideas, un trabajo mas cooperativo, mayor
participación para la toma de decisiones, el acercamiento de las demandas de
los ciudadanos al estado, en definitiva una ampliación del concepto de
democracia participativa.
Muchas iniciativas han prosperado en los últimos años en
diferentes ámbitos estatales promoviendo mecanismos para acercar la gestión
cotidiana. Así las cosas, en todos los gobiernos existen áreas que coordinan y
llevan adelante proyectos articulados mediante plataformas como Internet,
youtube, twitter, wikis o blogs. También se han comenzado a utilizar los
dispositivos móviles para acercar la gestión a la ciudadanía, con canales
abiertos para realizar gestiones, denuncias, reclamos y trámites o aplicaciones
utilizables desde teléfonos celulares, PDA, computadoras portátiles. Además, se
encuentra extendido el uso de redes sociales por funcionarios, que permiten un
intercambio directo desde la gestión.
La innovación y el dinamismo son características necesarias
para el desarrollo de estos conceptos. La incorporación a los programas de
gobierno de instancias de consulta o la utilización de estas herramientas
puestas al servicio de una democracia con mejor calidad institucional son parte
de la nueva era del estado moderno. Asimismo, como contrapartida, resulta mayor
el compromiso requerido al ciudadano.
Estos mecanismos de participación cobran día a día mayor
protagonismo y se encuentran en expansión. Si bien todavía debemos seguir trabajando
por eliminar la brecha digital, muchas de estas iniciativas pueden utilizarse
como mecanismos de inclusión, facilitando el acceso a la información y difusión
de actividades del Estado.
Un estado moderno implica una gestión puesta al servicio de
los ciudadanos y con acceso a sus servicios. Para ello, herramientas de estas
características, resultan relevantes para la generación de nuevos espacios de
participación ciudadana y mayor legitimidad para la toma de decisiones.
lunes, 13 de agosto de 2012
Desafíos para una nueva Administración de Justicia
La planificación de las políticas
públicas en el siglo XXI requiere la incorporación de nuevas ideas que permitan
afrontar los problemas complejos y las demandas
sociales vinculadas a la eficiencia, la transparencia y responsabilidad en la aplicación de los recursos públicos.
Nos encontramos transitando una etapa de transformaciones culturales y sociales
que presentan mayores complejidades a la hora de
resolver los problemas sociales.
El poder judicial no es ajeno a
esta situación, y por tanto debe plantearse la necesidad de modificar su visión
realizando transformaciones que permitan dar respuesta a estas demandas
sociales. En tal sentido, para el diseño de las diferentes políticas públicas
judiciales se requiere profundizar la profesionalización de los recursos
humanos existentes y la incorporación de profesiones que hasta hace poco se
encontraban muy distantes de la Administración del Poder Judicial.
Estos nuevos desafíos requieren
la formación de cuadros especializados para analizar y evaluar el impacto de
las decisiones y programas que se lleven adelante. En tal sentido,
profesionales capaces de analizar variables y construir indicadores de gestión
resultan imprescindibles para la mejor aplicación de los recursos económicos en
pos de las decisiones que en el marco de la gestión sean adoptadas.
En este contexto, el mayor
compromiso de funcionarios, magistrados judiciales en la construcción de
políticas públicas orientadas a perfeccionar la administración de justicia y la
capacidad de acceder a ella requiere que los distintos niveles de la
Administración se profesionalicen y formen con conocimientos que abarcan
disciplinas y especialidades que van más allá de la visión tradicional del
derecho.
Así las cosas, se debe fortalecer
la capacitación de los recursos humanos en las nuevas tecnologías y todas
aquellas herramientas necesarias para la gestión de un estado moderno.
Asimismo, la formación de áreas técnicas interdisciplinarias que evalúen con
parámetros de eficacia, eficiencia y calidad las acciones implementadas y
genere los insumos requeridos para que el proceso de toma de decisiones se
realice en base a datos mas confiables de forma de arbitrar las medidas
necesarias para brindar un mejor servicio de justicia.
Nuestro poder judicial posee recursos humanos muy valiosos y
comprometidos con los valores democráticos y la gestión judicial. Es necesario
fortalecer la capacitación y dotarlos de las herramientas necesarias para
afrontar estos nuevos desafíos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)